No es necesario acudir a las encuestas para comprobar que una gran parte de las personas que trabajan bajo estrés y presión, querrían dejar de hacerlo.
El trabajo es una de las facetas más importantes de nuestras vidas.
Aproximadamente un tercio de nuestro vida trascurre trabajando y esto, estaréis de acuerdo, es muuuuucho tiempo. Por tanto, será necesario adquirir un buen nivel de salud emocional dentro de la empresa.
La salud emocional nos ayuda a ser más productivos, eficaces y a ser más positivos.
El trabajo no sólo supone una retribución económica a cambio de nuestro esfuerzo, en el trabajo establecemos relaciones interpersonales, pasamos a formar parte de una sistema y nos convertimos en una pieza clave dentro de la empresa.
Valorar el factor humano en la empresa es vital para conseguir resultados óptimos y deseados.
Por eso, para trabajar con eficacia y eficiencia, las personas necesitamos que nuestro trabajo sea una parte importante de nuestra realización personal. Está claro que debemos ser buenos en lo que hacemos, ser abiertos y estar en continua formación para seguir avanzando, pero, el entorno profesional puede ser vivido como un auténtico castigo, una carga obligatoria, desagradable y forzosa si estamos sometidos a un estrés excesivo.
El estrés es un conjunto de reacciones del cuerpo frente a desafíos o demandas. Se trata de un proceso natural de adaptarnos a nuestro entorno. Se vuelve muy perjudicial para la salud cuando es muy intenso a lo largo del tiempo convirtiéndose en insomnio, dolores de cabeza crónicos, dolores de estómago, ansiedad, taquicardias, respiración entrecortada etc….
Según un estudio publicado por The American Journal of Cardiology, las personas con un alto nivel de estrés tienen un 27% más de riesgo de padecer una enfermedad cardíaca. Esto indica claramente un factor de riesgo más a controlar, al igual que la hipertensión arterial y el colesterol elevado.
Por tanto, es sumamente importante prestarle atención ya que puede afectar nuestra salud si se instala en nuestra vida cotidiana.
Consejos para transformar el estrés laboral en salud emocional:
- Aprender a aceptar las situaciones no deseadas aplicando técnicas de respiración para calmar nuestro interior. En muchas ocasiones debemos de realizar tareas que no son de nuestro agrado pero que forman parte de nuestro trabajo, o aguantar a personas que con un carácter fuerte y desagradable. Aplicar técnicas de respiración nos ayudará a tranquilizarnos y a centrarnos en lo que realmente es importante para nuestro trabajo.
- Aprender a decir NO aplicando la asertividad. En muchas ocasiones aceptamos pasivamente situaciones mientras sentimos como perdemos el respeto por nosotros mismos. Esto tiene consecuencias en nuestro organismo como tensión muscular crónica, irritabilidad o nerviosismo. Es mejor decir lo que se piensa y se siente de forma correcta, sin herir a los demás.
- Descansa regularmente: pequeños “breaks” (cada 90 minutos) Levántate, respira, cambia el plano de visión, habla con alguien, da una vuelta … prográmalo como un hábito.
- Comer sano. Procura comer sano y para picar entre horas llévate fruta o frutos secos.
- Cuida tu postura: No dobles la espalda, no fuerces el cuello, siéntate apoyando ambos pies en el suelo
- Haz ejercicio fuera del trabajo: busca una actividad que te guste para desconectar de los momentos de máxima tensión.
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