Los expertos en salud mental llaman la atención sobre los nuevos problemas relacionados con el estrés que están creando las nuevas tecnologías.
Desde hace unos años se ha empezado a hablar de diferentes problemas relacionados con el uso que hacemos de las nuevas tecnologías, que han cambiado nuestros hábitos y nuestros modos de relacionarnos. Qué duda cabe de que los móviles, los portátiles,las tablets pueden facilitarnos nuestro día a día, pero para que sea así y no nos veamos desbordados por una tecnología que cambia constantemente y que requiere un reciclaje continuo hemos de aprender a manejarlas bien; de lo contrario, podemos convertirnos en “víctimas” del tecnoestrés, un nuevo problema psicológico originado por la ansiedad y la tensión que provoca la creciente cantidad de tecnología que usamos en la vida cotidiana.
Entre las personas que más pueden padecer esta nueva modalidad de estrés,especialmente el tecnoestrés laboral, se encuentran las que tienen más de 40 años, afectadas en su rutina laboral por la vorágine que ha supuesto la evolución digital de los últimos tiempos y obligadas a reaprender una nueva forma de trabajar y, sobre todo, de pensar. La acumulación de tareas, cambiar de una a otra sin haber terminado la primera, dificulta nuestra capacidad de concentración e impide a nuestro cerebro descansar, ya que durante la noche intentará cerrar todo lo que ha dejado pendiente a lo largo del día.
Ya hace unos días advertimos del estrés excesivo asociado a un uso incorrecto del email en el trabajo.
Estos casos de ansiedad y mala “adaptación” tecnológica son la consecuencia de nuestra falta de preparación para afrontar situaciones nuevas y en las que
nos sentimos completamente seguros. A esto se le añade la evolución que ha experimentado el modo de relación social, que cada vez más se aleja del grupo para refugiarse en la individualidad; es decir, ahora tenemos que desarrollar estrategias para afrontar las nuevas oportunidades que nos ofrece el mundo digital, pero en solitario y con el único recurso de nuestro propio ingenio.
Obviamente, la tecnología es algo bueno que nos hace ahorrar tiempo y ser más eficaces y rápidos, pero debemos establecer límites muy claros en nuestra forma de relacionarnos y convivir con ella. Para ello es clave que seamos nosotros quienes controlemos la tecnología y no al revés. Preguntar lo que no sabemos, compartir
dudas, huir del aislamiento y aprender a desconectar estableciendo mecanismos de adaptación puede ayudarnos a equilibrar la balanza a nuestro favor.
También están saltando las alertas en relación con la influencia que en los ciclos de sueño y descanso tiene este exceso de uso de tecnología entre nuestros adolescentes e incluso su posible relación con el espectacular aumento en los casos de TDAH.
El tecnoestrés es un problema que es necesario afrontar como cualquier tipo de estrés.
Conseguir controlarlo nos ayudará a mejorar nuestro bienestar y calidad de vida.
Post muy interesante! A veces la tecnología nos perjudica más de lo que nos ayuda.
Un saludo
http://www.concilia2.es/blog/ocho-claves-para-reducir-la-ansiedad-y-el-estres/
Gracias por participar y encantados de conocer tu blog! 🙂
Saludos cordiales