Los jóvenes utilizan cada vez más las nuevas tecnologías, con unos ritmos de crecimiento espectacular en porcentaje. Así, en Estados Unidos, el 93% de los jóvenes tiene acceso a Internet, estando más del 73% conectados a Facebook, Myspace u otras redes, mientras que más del 75% posee teléfono móvil, según los datos obtenidos del Pew Internet American Life Project.
Estos incrementos preocupan a los padres, tutores y profesores, cuya ansiedad e incertidumbre se ven potenciadas por la excesiva alarma social en los medios en relación a noticias sobre sexting (envío de imágenes provocativas de los jóvenes vía móvil o Internet) o datos sobre cyberbullying y acoso en la red.
Sin embargo, frente a esta sensación, según las investigaciones llevadas a cabo por Michele Ybarra y la ONG Internet Solutions for Kids, las estadísticas son claras y muestran cómo tan sólo una minoría de nuestros hijos se ven afectados por este tipo de prácticas.
Así, en los tres últimos años no se han detectado incrementos significativos en relación con el acoso o el cyberbullying. Además, un representativo porcentaje de los casos de acoso no tienen relación directa con la conexión a redes, móviles o Internet, sino un origen en relaciones personales o sociales.
En la conclusión de sus investigaciones, queda claro que el sufrimiento de conductas como acoso o bullying tienen su origen en la mayor parte de los casos en la actividad diaria, además de tratarse de sujetos más vulnerables a este tipo de amenazas debido a formar parte de un estrato en el que se dan adicionalmente problemas de alcoholismo, depresión y bajo nivel de autoestima y cuidado a los jóvenes.
Sobre las conductas sexuales, es cierto que podría pensarse que las nuevas tecnologías facilitan el acceso de los niños y adolescentes a contenidos sexuales explícitos, cuando en realidad y según las estadísticas, dicho acceso se sigue produciendo mayoritariamente por los medios “tradicionales”: televisión, cine, música y publicaciones.
Así, un 75% de los jóvenes encuestados afirma encontrar sexo explícito en las películas y series que siguen habitualmente, mientras un 69% reconoce encontrar contenidos sexuales en la música que escucha. Por otro lado, el 19% identificó estos contenidos en videojuegos y el 25% se refirió a estos contenidos en las páginas web visitadas.
Por tanto, no parece que el acceso a las tecnologías sea la causa principal del acceso a contenidos inapropiados.
Tampoco existen evidencias estadísticas sobre el auge del sexting, siendo una tendencia minoritaria, mientras que el acoso, en su variante “tradicional” sigue siendo una de las principales preocupaciones y uno de los grandes problemas a evitar cuando se habla de las amenazas para la juventud.
Así pues, frente a la excesiva alarma social y sobre todo mediática, cabe concluir que las nuevas tecnologías no necesariamente están favoreciendo o incrementando conductas impropias o amenazas adicionales a las ya existentes.
En la otra cara de la moneda, la investigación muestra cómo las nuevas tecnologías pueden contribuir muy favorablemente a la adopción de pautas favorables de socialización, aprendizaje y relación social entre niños y adolescentes.
Como ya comentamos en alguno de nuestros anteriores artículos, el control es necesario y la actitud de los padres básica para conseguir que nuestros hijos obtengan el máximo potencial beneficioso todas las herramientas a su alcance, y sin duda las nuevas tecnologías y las redes sociales lo son.
La correcta utilización de las mismas puede mejorar las capacidades sociales, superar situaciones de aislamiento o sensaciones de sentirse diferentes o “raros”, ayudarles a integrarse con otros compañeros y adoptar actitudes de mayor tolerancia, así como aumentar la percepción de ser y sentirse “ellos mismos”.
En resumen, mientras las nuevas tecnologías pueden en algunos casos generar problemas añadidos a los que ya de por sí presenta esta complicada etapa de la infancia y adolescencia, también para este grupo de edad se puede concluir que son una ventaja diferencial y una gran oportunidad.
Como siempre, se hace necesario dotarse de los medios necesarios para aprender a saber convivir con las oportunidades y amenazas, por lo que los padres, tutores, profesores y agentes implicados han de enfocar los problemas desde una perspectiva abierta y proactiva, a fin de conseguir la adecuada orientación de los niños y adolescentes.
Es una realidad que los niños hoy en día están todos con sus teléfonos, ipads de los padres, ordenadores, etc. No se puede mirar hacia otro lado, y aunque no nos guste, hay que controlarlo de alguna manera