La respiración frente al estrés es una herramienta imprescindible para poder combatir sus síntomas. Una buena técnica de respiración conlleva no sólo concentración sino llevarnos a un punto de relajación más que necesario en los episodios de estrés más complicados.
Existen varios tipos y maneras de respirar. La peor manera de respirar, que es la que se suele dar en situaciones de mucho estrés, es la clavicular. Como su propio nombre indica, se percibe un ligero movimiento clavicular al respirar. Es un tipo de respiración superficial, en la que se realiza un esfuerzo grande para obtener menos cantidad de aire que con otro tipo de respiración. No permite la entrada de una gran cantidad de aire.
La respiración torácica suele convivir con la abdominal, aunque tampoco es la mejor para luchar contra los momentos de estrés. Como su nombre indica, el pecho se expande o se contrae. Tiene menor poder de oxigenación que la respiración abdominal y también se suele dar en personas con elevado nivel de estrés.
Y la respiración abdominal es, sin duda, el mejor tipo de respiración frente al estrés. Es la respiración que más oxígeno aporta al organismo y la que suele usarse en situaciones de más pasividad o de recuperación. Intentar ejercitarla no solo nos ayuda con la concentración y la recuperación del control que perdemos en momentos de máxima tensión sino que además tiene un efecto más relajarte que nos permite controlar y reducir el ritmo de pulsaciones.
El ritmo de respiraciones por minuto en un adulto debe estar entre las 8 y las diez. En una situación de estrés esa cifra se llega a triplicar. Por eso la respiración frente al estrés es importante y una poderosa herramienta.
Existe un ejercicio para entrenar la respiración abdominal y saber además cómo estamos respirando: basta con tumbarse en el suelo y poner un libro en el tórax y otro en el abdomen. Según el libro que se levante, así sabremos qué tipo de respiración estamos llevando a cabo y para conseguir la abdominal, el ejercicio debe ser levantar el libro del abdomen con la respiración.
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