Más vale prevenir que lamentar. Sin excusas, con razones

Sin normativa que obligue al uso de mascarillas en espacios públicos salvo en el transporte, nos enfrentamos al debate del uso o no de mascarillas en espacios públicos, abiertos o cerrados. Apelando al sentido común y responsabilidad de la ciudadanía no sería necesario legislar al respecto, porque todos participaríamos del mantenimiento del bienestar y salud general. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, viandantes, paseantes, deportistas que transitan por la vía pública, esa que es de todos, usan o no, según su criterio personal, la barrera física que proporciona la mascarilla para no dejar salir y para no dejar entrar los virus.

Desde el momento en que la mascarilla no sólo protege al que la lleva del contagio, sino que protege al resto de personas del posible virus del que la lleva, se convierte más que responsabilidad propia, en necesidad de que toda la ciudadanía participe de la prevención de un nuevo episodio de contagios como el que hemos vivido y seguimos padeciendo y entre todos, protejamos al resto.

El uso generalizado de mascarillas por toda la población puede reducir el riesgo de contagio del 90% en el caso de que no la use nadie, al 1,5% en el caso de que portadores y potenciales receptores lleven mascarilla. Parece que no hay lugar a dudas, todos debemos llevarla si queremos mantener los niveles de salud y actividad del país parecidos a los que hemos conocido antes de la pandemia, los números avalan la importancia de que todos usemos esta protección de barrera para la prevención de los contagios, el contagio masivo ya sabemos dónde nos puede volver a llevar.

Ante estos argumentos algunas personas me han planteado las siguientes excusas para no usar las mascarillas:

  • No me creo los datos, nos manipulan, no es necesario que la use todo el mundo, si no es obligatorio por algo será: Ante las excusas, datos, para formar tu propia opinión sobre algo que puede costar la vida o el trabajo a ti o a tus seres queridos, busca información de primera mano, acude a las fuentes, encuentra los artículos científicos que avalen los datos, sólo entonces decide, eso sí, busca fuentes fiables, busca en bases de datos científicas. Estas son algunas direcciones donde puedes buscar, aunque hay muchas más:

https://es.cochrane.org/

https://www.sciencedirect.com/

https://medlineplus.gov/spanish/

  • Me hace parecer ridículo, estoy horrible, si la llevas pareces una persona enferma: El famoso dicho popular “ande yo caliente, ríase la gente” refuerza la idea de que hagas lo que sea más beneficioso para ti si no perjudicas a nadie, pues bien, en este caso no solo no perjudicas al resto, sino que los proteges. No importa lo que piensen, no importa si estás más o menos elegante o tienes más o menos atractivo con ella puesta, esta puede ser tu gran oportunidad para reforzar tu autoestima, te pones la mascarilla porque es lo más seguro para todos y al que no le guste que se aguante, la seguridad por encima de todo.

 

  • Querría llevarla, pero me agobia, tengo sensación de que no pasa el aire, me ahogo: Este es otro buenísimo motivo para aprender a respirar, si la mascarilla está homologada entonces estará preparada para que fluya el aire correctamente reteniendo sólo las partículas indeseables, así es que con mascarilla incluida tendrás el aire suficiente para que tu organismo se nutra adecuadamente del oxígeno necesario.

 

Practica un rato antes de salir de casa, ponte tranquilamente la mascarilla, siéntate en un lugar cómodo, tranquilo, una vez colocada, concéntrate observando cómo el aire accede fácilmente a tus pulmones y practica estos sencillos pasos:

 

  • Inspira por la nariz, el aire se someterá así a un segundo proceso depurativo tras la mascarilla y exhala por la boca para completar el ciclo de la respiración.
  •  Envía conscientemente el aire desde tu nariz hasta tu diafragma, a la altura del abdomen, observa cómo este se hincha al coger aire, sólo debe moverse la zona abdominal, los trapecios y el tórax deben permanecer en posición relajada. Coloca una mano sobre el abdomen y comprueba cómo se adelanta al inspirar y comprueba como se hunde al exhalar.
  • Controla la frecuencia de tu respiración, cuenta 4 segundos para inspirar y otros 4 segundos para exhalar, lograrás una respiración rítmica y profunda que permitirá una oxigenación completa a tu organismo y lograrás así que te invada una agradable sensación de calma y bienestar.

 

Si te resulta difícil dar el paso sin ayuda, no lo dudes, cuenta con nosotros, entre todos lo vamos a lograr.

Ya no te quedan excusas, ahora sólo tienes razones en espacios públicos, protégete, protégeles, protégenos.  Gracias.