La empatía y el estrés también pueden ir de la mano en algunos momentos. Es algo que, especialmente los profesionales del sector de la salud, conocen muy bien.
Ponerse en la piel de otra persona para entenderla mejor y ofrecer consejo o ayuda para cada situación es algo que todas las personas deberían hacer en algún momento. Cuando esto ocurre de forma habitual tiene repercusiones para la persona que ejerce en exceso esa empatía.
El conocido como síndrome de desgaste por empatía es una especie de adaptación del burnout a profesionales que tienen contacto con pacientes y que además sufren situaciones estresantes. La empatía y el estrés aquí van de la mano y es una consecuencia de los restos emocionales por tratar con personas que han pasado situaciones traumáticas.
Este síndrome tiene una serie de síntomas, basados en tres grupos:
- El primero de ellos tiene que ver con los flashbacks que aparecen como consecuencia de una experiencia asociada a un trauma no resuelta por el conflicto que tiene el paciente. Es reexperimentar el problema.
- Otro de ellos es la acumulación estrés cada vez que tenemos contacto con el paciente, bien porque no pongamos en marcha la inteligencia emocional que la situación requiere o bien porque hablamos de situaciones muy traumáticas.
- Tener sensación de fatiga, de ansiedad y sentimientos de culpabilidad se dan a menudo en estos casos, así como problemas de conciliación de sueño y falta de concentración.
Para lidiar con este problema entre la empatía y el estrés es conveniente realizar actividades de ocio, técnicas de respiración y desconexión, pedir el apoyo cuando sea necesario y sobre todo no cometer el error de cargarse de un trabajo y responsabilidad emocional excesivo en estas situaciones.
Aunque como nosotros recomendamos, el biofeedback te ayuda a eliminar ese estrés que al cuerpo no le viene bien. ¡Te esperamos!