Inteligencia Emocional en Niños

Hoy en día parece que a lo que más esfuerzo dedican los padres educacionalmente, es a que su hijo estudie mucho, se porte bien y sea responsable. En general, que el niño en un futuro se convierta en una persona adulta de provecho y exitosa.

Sin embargo parece, que a veces, nos olvidamos de lo más importante, el desarrollo de la inteligencia emocional, que el niño se convierta en un adulto empático, comprensivo y capaz de manejar sus propias emociones.

El niño aprende a manejar sus emociones a través de sus padres, son ellos los que se tienen que encargar de que el niño las acepte, las maneje y las sienta. Para ello los padres deben de hablar con los hijos de sus emociones, preguntarles directamente por ellas, fomentar que hable de él mismo y de sus debilidades, que busque soluciones a sus problemas, premiarles, no cuando sacan sobresaliente, sino cuando se hayan esforzado, hayan superado un miedo o se hayan superado a ellos mismos y no se hayan dejado vencer por la dificultad o la frustración, cuando hayan sido comprensivos o empáticos.

Es importante también que los padres muestren sus emociones a los niños, que les digan cómo se sienten. Deben aceptar e interiorizar  que sus padres no son superhéroes y pueden sentir miedo, tristeza y enfadado. Deben aprender que sentir y compartir emociones es normal y sano.

Compartir con ellos experiencias, vivencias e historias diciendo cómo te sentiste, o enseñarles videos de internet que te hayan emocionado y explicárselo, preguntarles qué sienten ellos al verlo o que creen qué sienten sus protagonistas, son algunas de las actividades que se pueden hacer para fomentar esta conciencia emocional.