Una de las circunstancias más complicadas para los mandos intermedios y superiores es evitar estrés liderando equipos. El estrés del liderazgo ya se ha tratado en otra de las entradas del blog, y sabemos que inspirar a los equipos requiere no perder detalle de todos los movimientos, tareas y soluciones que aporta un líder. Por eso esta entrada está más centrada en el estrés de la actividad diaria de las personas responsables de equipos.
Existen cuatro palabras indispensables para que el management sea eficaz y eficiente: planificar, organizar, dirigir y controlar. Aunque recitarlas sea sencillo, son cuatro ‘stages’ importantísimos en la dirección de empresas. No sólo para que el trabajo y los objetivos se cumplan sino para que la persona encargada de plasmarlas en un plan de negocio no sufra las posibles consecuencias del estrés.
En primer lugar, cuando hablamos de planificación, estamos delimitando qué es lo que queremos conseguir, un objetivo concreto. Cuantos más objetivos se pongan o éstos sean difusos pueden crear una confusión que genere estrés adicional modificando sobre la marcha y no teniendo claro el concepto fundamental de la misión.
También la organización es esencial para la consecución de estos objetivos, pero también para evitar que el líder desarrolle tareas que no le corresponden con una carga adicional de trabajo que genere estrés. Una buena organización de tareas, una correcta parcelación y delegar correctamente algunas de ellas determinará el éxito en la consecución del objetivo o los objetivos. Pero, también, aliviará la carga y evitará una situación de estrés no deseada en el jefe que deba reorganizar unas tareas mal planificadas.
La dirección no es más que aplicar las medidas correctoras necesarias cuando nos desviamos del objetivo. Eso es dirigir, preocuparse de que los procesos que están en marcha funcionen bien y que no se desvían de lo que buscamos. Evitar estrés liderando equipos tiene también aquí una razón de ser. Y es que cuanto más tratemos de dirigir y menos de tutelar enseñando provocará una ansiedad adicional.
Y, finalmente, el control. Es esencial controlar los progresos mediante una tutela, algo que puede delegarse en mandos intermedios y que luego se pueda repasar. Control de procesos, tareas y desarrollo del plan es algo que puede estresar demasiado si el líder se inmiscuye demasiado y ejerce un control obsesivo.