Estrés en verano, ¿qué puede provocarlo? – Nascia

Estrés en verano. Si bien el verano es una época para el relax y la recuperación del día a día hay determinadas circunstancias que, si no se saben manejar, pueden hacer que los fantasmas del estrés aparezcan.

Los centros Nascia, especialistas en el tratamiento de los síntomas relacionados con el estrés y la ansiedad, han elaborado una lista con las seis situaciones que, si no se saben manejar, pueden provocar estrés en verano durante las vacaciones.

1.- La preparación del viaje. La recomendación pasa por tener siempre una lista con todas las cosas que se necesitan y no dejar nada para última hora. Especialmente si en la unidad familiar ambos padres trabajan y tienen que alternar sus trabajos con la preparación del mismo. También resulta estresante querer dejar todo el trabajo hecho acumulando muchas tareas los últimos días. Concentrarse en una sola tarea y delegar, clave.

2.- Los niños. En verano son más demandantes de los padres al disponer de más tiempo libre. A pesar de la necesidad de pasar tiempo con la familia, ésta puede ser una fuente de estrés si no sabemos manejar ciertas situaciones con tranquilidad. Peleas, riñas, disputas, hiperactividad…Es fundamental el diálogo con los hijos para poder explicarles la situación de forma pausada y tranquila.

3.- Los atascos. Los desplazamientos por carretera tienen el inconveniente en estas fechas de hacer coincidir a millones de vehículos que comienzan el rumbo vacacional. Las retenciones y fuertes retenciones que se producen son un foco importante de estrés, especialmente si las horas de entradas a los hoteles son muy estrictas o si se ha de conducir hacia algún aeropuerto con hora de vuelo determinada, por ejemplo. Hay que planificar con tiempo estas eventualidades y, aunque sobre, siempre contar con tiempo suficiente. Un comienzo para el estrés en verano

4.- El calor. Unas temperaturas muy elevadas de forma constante y duradera pueden modificar el carácter, volviéndonos más irascibles. La sudoración, el aumento de la fatiga, el agotamiento y angustia puede derivar en cierto agobio que nos lleve a confusión. Para ello, una correcta hidratación y evitar estar fuera de casa en las horas centrales del día ayuda a no rendirse y caer en la sensación de angustia.

5.- El sueño. Relacionado con lo anterior, es complicado conciliarlo en los meses de mayor calor nocturno. Un mal descanso nos conduce a nerviosismo, ansiedad y cuadros de estrés. Ducharse justo antes de dormir, utilizar un ventilador de bajo consumo o provocar la corriente en el interior del domicilio pueden ser algunas soluciones.

6.- El uso de teléfonos móviles o tablets. De forma cotidiana, depender de la tecnología es una fuente de adicción que genera cuadros de ansiedad y estrés si no se llega a controlar. En verano, utilizarlos es sinónimo de situaciones estresantes; compartir todo al momento en las redes sociales, uso compulsivo de whatsapp, etc… Tal y como indican los centros Nascia ,la nomofobia cada vez está más presente en la sociedad y las vacaciones deben servir para una desconexión total de cualquier dependencia, incluida a los dispositivos móviles.