Se acercan días donde el descanso puede verse alterado por los cambios de horario y costumbres, es cuando el estrés e insomnio hacen acto de presencia. Una de las claves por las que aparece el estrés, los cambios de humor y la irritabilidad es la ausencia de descanso o problemas a la hora de conciliar el sueño.
La llegada de las vacaciones de Navidad, llenas de cenas copiosas con los compañeros de trabajo, amigos y familiares puede repercutir en las costumbres que se llevan durante el resto del año en cuanto a los horarios de dichas cenas y la hora de acostarnos para dormir.
Alterar las costumbres del sueño, acostumbrados a la rutina horaria del trabajo y la que adquirimos el fin de semana, tiene sus efectos cuando pasan los días de más planes nocturnos y eventos familiares. Cuesta recuperar las rutinas y muchas veces es una fuente de problemas de conciliación del sueño que deriva en insomnio.
El insomnio, si se alarga, suele ser un foco de estrés. No se descansa lo suficiente, nos ponemos nerviosos a la hora de conciliar el sueño y todo ello repercute en el carácter. Nos volvemos más irascibles, arrastramos cansancio, no nos mostramos activos y nuestro cuerpo sufre de esa falta de descanso y nerviosismo. Por lo que el estrés e insomnio es algo que hay que valorar cuando llegan estos días de fiesta.
Para intentar paliar los problemas de estrés e insomnio hay que intentar llegar cansados a las noches en las que no tenemos eventos familiares. Intentar recuperar las costumbres de acostarnos a una determinada hora sin utilizar ningún dispositivo tecnológico. Hacer algo de deporte nos ayudará a llegar con el punto óptimo de cansancio a la noche y así lograremos descansar mejor. Si además logramos recuperar unas cenas ligeras tras los banquetes nocturnos de los días pasados, lograremos centrar nuestro cuerpo y mente de la mejor manera posible.
Nosotros te ayudamos a recuperar tu mente, llámanos.