Un día “normal” en la vida de cualquiera…¿Te identificas?
La alarma se apaga, por fin! Tras estar sonando a todo volumen, con uno de los ruidos probablemente más reconocidos de la actualidad (el timbre iPhone), irritante y estresante a partes iguales…¿no es demasiado pronto? No, en realidad es bastante tarde, no has descansado bien y tras ir retrasando la alarma cada cinco minutos, finalmente vas con el tiempo justo.
Casi nada más empezar, coges tu smartphone, con un ojo abierto, y ya se pueden ver varios correos electrónicos de Amazon, iTunes, LinkedIn y otros servicios de Internet, recordándote con gran urgencia qué libros comprar, qué canciones descargar, nuevas personas con quien conectarse y además te informan de que falta muy poco para Navidad, qué regalos puedes comprar para amigos y familiares. Por supuesto, que no falte algo de spam…¡Borrar, borrar, eliminar, borrar!
Te levantas de la cama, te sirves una taza de café y empiezas a preparar el día. Enciendes la radio. Víctimas en todas partes, creciendo exponencialmente. Miles de millones de euros de deuda. El hielo del Ártico se está derritiendo a una velocidad récord. ¿Y el metro? Colapsado, protestas, huelgas, cortes… El mundo ya está en estado apocalíptico y ni siquiera te has tomado tu segunda taza de café.
Más tarde, sales corriendo, tarde como siempre, presa del pánico mientras tratas de averiguar una ruta alternativa para llegar antes; llegas al metro, junto con otros cientos… Bombardeo de anuncios, mostrando a un ritmo rápido qué ver a continuación, qué batido de proteína beber, en qué restaurante deberías comer. El corazón se acelera, en parte debido al consumo excesivo de cafeína, y también por tener que procesar tanta información, imágenes y sonidos en un espacio tan corto de tiempo. El día acaba de empezar…ya sabes el resto…
Esta rutina se ha convertido en la norma de toda una generación. En estos tiempos la sobrecarga de ritmo rápido y la excesiva información han creado una auténtica cultura de sobrevaloración del estrés y la ansiedad. Por la mañana temprano, por la tarde o a altas horas de la noche, conectados al ordenador, la tele, los smartphones y el mundo digital que nos rodea, desde los recién nacidos hasta las personas mayores somos víctimas de una tensión excesiva que nos impregna a todos.
Los estudios muestran que el 26% de los niños entre 8-12 años manifiestan un aumento del estrés cada año. El 45% de los adolescentes entre 13-17 años también muestran lo mismo. El 61% de los adultos que trabajan dicen que su trabajo ha tenido un impacto significativo en los niveles de estrés, y el 54% de los adultos que trabajan están preocupados de que este esfuerzo tenga o vaya a causar problemas de salud.
El estrés es sin duda una de las emociones humanas más poderosas. Activado por trabajo, el hogar, los amigos, la familia, los acontecimientos que han sucedido, eventos que están sucediendo, eventos que pueden suceder…el estrés está presente en todas las facetas de nuestras vidas, especialmente en el ámbito laboral. Las manifestaciones de estrés provocan que nuestros cerebros se apaguen y que nuestros cuerpos reaccionen de forma extrema.
Reacciona y ponle freno al estrés. ¿Todavía crees que lo tienes bajo control? ¿Cómo lo sabes? Aprende a identificar y controlar tu estrés con nuestro Método, y Recupera el control.