Prisas, presiones laborales, crisis en las relaciones de pareja, en las amistades, atascos de tráfico… Las causas del estrés han ido variando a lo largo de la historia.
Según la OMS: «auténtica epidemia mundial del S. XXI El 90% de los problemas de salud tienen relación con el estrés.
Diariamente nos enfrentamos a situaciones que nos afectan de manera inconsciente en el organismo, acumulando energía que luego no se utiliza y que puede derivar en agotamiento o enfermedad. Suma el estrés por culpa de las emociones como la impaciencia, la ira, el miedo o la ansiedad. La respiración y las emociones son un reflejo del estrés.
Pon atención en que las reacciones psicofisiológicas son inmediatas: sobretensión muscular, respiración acelerada, pensamientos negativos, y el corazón nos va a mil. Sino aprendemos a activar y desactivar nuestro cuerpo como explica el doctor Pau Torrabadella -inuna de la sección de medicina intensiva del Hospital Germans Trias i Pujol y autor del libro Cómo prevenir el estrés (editorial del Diario) – el estrés es una reacción del individuo a situaciones peligrosas y que pueden poner en riesgo la estabilidad y la continuidad del organismo.
Aunque en algunos casos podemos hablar de estrés positivo (eustress) nos preocupa el estrés negativo que es cuando no somos capaces de asimilar la situación y de reaccionar adecuadamente . Sin embargo, «la reacción no depende tanto del estímulo como de la capacidad de reacción», por tanto variará en la función de la capacidad de cada persona para afrontar situaciones de riesgo o tensión.
El estrés puede surgir de situaciones complicadas en el trabajo, en la casa, en las relaciones, pero también puede ser el resultado de conflictos emocionales, de la dieta, problemas de salud o carencias económicas. Por tanto, las causas se pueden clasificar en:
- Fisiológicas: cuando están relacionadas con enfermedades
- Emocionales: cuando están relacionados con la vulnerabilidad emocional y cognitiva
- Conductuales: cuando tienen que ver con los cambios sociales que llevan a cabo cada época
- Ambientales: vinculadas a la contaminación, catástrofes, etc.
Apatía e indiferencia, ansiedad, sensación de inutilidad, estado defensivo, insomnio, dolor de cabeza frecuente, dolores de estómago, insomnio o agotamiento son algunos de los primeros síntomas que muestran una persona con estrés.
Como explica el presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), Antonio Cano , las mujeres son más propensas a padecerlo. «Hay perfiles de personas más estresadas. Deben tratar de compatibilizar casa, trabajo, hijos, formación, salud y muchos otros aspectos de los cuales, algunos hombres, no son tan responsables. Además, las mujeres tienen más riesgo» «hormonas femeninas están más relacionadas con las emociones», comenta Cano.
El trabajo es la situación que más estrés puede provocar. Un cambio de trabajo, una promoción, un despido, la llegada de un nuevo jefe, un cambio de ubicación, etc…, son las circunstancias que pueden desencadenar un episodio de ansiedad o estrés laboral.
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