Existe una seria sospecha desde hace muchos años de la relación entre el estado de ánimo y el tiempo. Sí, el factor climatológico. Varias investigaciones en este sentido han confirmado que hay vínculos entre no sólo el estado anímico sino también del comportamiento en relación a la climatología.
Los factores climáticos que más influyen y que mayor vinculación tienen a los cambios conductuales son la temperatura, la luz solar, el viento y la lluvia. En esto inciden varios estudios realizados por profesionales del ramo de la psicología y ciertas universidades extranjeras.
El estado de ánimo puede verse vulnerado por la humedad y la temperaturas provocando ciertas alteraciones en el sistema nervioso haciendo que en algunas personas se de mayor vulnerabilidad a los signos depresivos. El estado general de salud y algunas patologías diminuyen la capacidad del organismo a adaptarse a los cambios de tiempo e incrementando el riesgo de padecer problemas biológicos (asma, cefaleas, dolor articular, etc..) y por supuesto emocionales como la irritabilidad, ansiedad o ciertos síntomas depresivos.
Existe un trastorno conocido como el ‘Trastorno Afectivo Estacional’, no a nivel clínico pero sí comúnmente conocido en el ámbito más psicosocial. El frío, la lluvia son, como hemos indicado antes, son cambios atmosféricos relacionados con el estado de ánimo y, concretamente, con el bajo estado de ánimo. Los síntomas más comunes de este trastorno son:
- Dificultades para pensar, concentrarse o memorizar.
- Cambios en el apetito y peso.
- Inactividad.
- Falta de energía.
- Desesperanza.
- Sentimientos de tristeza.
- Pérdida de interés en actividades que antes producían placer.
- Problemas de sueño.
La ausencia de luz puede generar cierta vulnerabilidad en algunas personas. La melatonina es una sustancia involucrada en la producción del sueño. La ausencia de luz solar contribuye a una producción mayor de melatonina y es por eso que en las estaciones de menos cantidad lumínica el nivel de somnolencia y cansancio es mayor, como en otoño e invierno.
El estado de ánimo en el caso de mal tiempo también tiene relación con los signos de ansiedad. La falta de luz y las bajas temperaturas incrementan esa sensación de peligro en el entorno y algunas personas no perciben con claridad lo que ocurre a su alrededor incrementando sus niveles de ansiedad.
En algunos países se ha demostrado esta relación entre ansiedad, depresión y mal tiempo. Aunque aún no hay una hipótesis 100% científica que permita reconocer un problema clínico pero es cierto que la dirección de estos estudios de forma independiente así lo aseguran.
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