¿Alguna vez has querido salir corriendo para esconderte cuando tu hijo con TDAH ha tenido un berrinche en público? Esto suele ser muy estresante tanto para los padres como para el niño.
Los expertos suelen englobarse en dos escuelas de pensamiento: la primera pasa por cambiar al niño, moldeando su carácter y conducta. La segunda es mantener al niño fuera de los entornos que desencadenan su hipersensibilidad y le provocan rabietas.
Para la mayoría de los niños, un término medio es lo mejor, ya que no siempre puedes acomodar su hipersensibilidad a las situaciones o los entornos. Cualquier padre que haya llevado a un niño con TDAH a un supermercado o haya experimentado una auténtica pesadilla cuando familiares o amigos visitan nuestra casa puede entender esto.
Te indicamos a continuación algunos consejos y estrategias sencillas para ayudar a controlar este tipo de comportamiento. Como siempre, estaremos encantados de recibir sugerencias y comentarios basados en vuestras propias experiencias.
¡¡Prepárate!!
Puedes evitar sentirte estresado, enfadado o pasar vergüenza cuando tu hijo se comporta de manera complicada en público haciendo una lista que priorice sus comportamientos, desde los más negativos (rabietas públicas, peleas, insultos, etc.) hasta los menos negativos (insistir en ver su programa favorito de televisión, no limpiar, etc.) Desarrolla tu plan de acción para aquellos comportamientos que hayas priorizado como más negativos e ignora las conductas menos negativas.
Para comportamientos priorizados como más negativos, necesitas de manera inmediata contramedidas previstas. Por ejemplo, si el niño tiene un berrinche en el supermercado, deja tu carro donde está, y saca al niño de la tienda para que espere fuera. Tu nivel de estrés disminuye y el episodio pasará mucho más rápido si te has preparado. Tendrás más tranquilidad y serenidad porque lo has planeado con anticipación y no te ha cogido por sorpresa.
Para comportamientos priorizados como menos negativos, a veces lo mejor puede ser ignorarlos. Elige cuál es tu verdadera batalla, mantén la calma y procura estar relajado. Tu comportamiento tendrá una gran influencia en el comportamiento de tu hijo.
No actúes como bombero
Habitualmente, estamos muy ocupados día y noche, de modo que controlamos el comportamiento inaceptable de nuestro hijo como si fuéramos bomberos: llegamos al lugar, tratamos de averiguar qué ha pasado, y luego frenéticamente luchamos para apagar el fuego. Este método, sin duda, es mucho menos eficaz que establecer reglas consistentes y consecuencias.
Tómate tiempo para desarrollar un conjunto de reglas con tu hijo. Haz que participe. Por ejemplo, si A ocurre, entonces B es la consecuencia. Incorpora las consecuencias tanto positivas como negativas. Aquí están algunos ejemplos:
Positivo: ¡Has cogido a tu hijo portándose bien! Recompénsale con elogios, permaneciendo hasta una hora más tarde levantado el sábado por la noche, o déjale que juegue un poco más a su juego favorito. Te sorprenderías cómo muchas veces perdemos estas oportunidades que, sin embargo, juegan un papel integral en la formación de la buena conducta.
Negativo: Tu hijo acaba de romper su juguete o el de su hermano como consecuencia de un estado de ira. La ira desaparece de inmediato, y después una disculpa al hermano ofendido, y la compensación por el juguete.
Los niños pueden ser bastante duros con ellos mismos, por lo tanto modera las reglas para que sean flexibles. Considera la posibilidad de coordinar estas reglas con las más negativas e ignora las conductas menos negativas, como se menciona en el segundo consejo. Pon dichas reglas en un sitio visible, por ejemplo en la nevera y sé coherente y consistente en su cumplimiento. La aplicación coherente de las normas no sólo le hará la vida menos estresante, sino que también servirá de guía a tu hijo para un mejor comportamiento.
Busca actividades que motiven y mantengan su atención
Casi todos los padres se han dado cuenta de que su niño con TDAH se comporta como un niño sin problemas de atención cuando conseguimos que muestre interés por algo. Por lo tanto, es importante buscar actividades que mantengan la atención y motivación de tu hijo. Unas buenas opciones pueden ser artes marciales, tenis, baile, esquí, etc. Estas actividades enseñan a tu hijo a centrar la atención. Aún más importante, pueden enseñarle a mejorar su autocontrol, la tolerancia, la autodisciplina y la cooperación.
Los deportes de equipo no son a menudo la mejor opción porque está rodeado de compañeros de equipo y los equipos rivales pueden llegar a ser más molestos que atractivos.
Una de las claves del éxito de PlayAttention está en el hecho de que consigue motivar y hacer atractivo para tu hijo algo que de otro modo hubiera sido imposible: ¡trabajar en entrenar y mejorar su atención!