Consejos de nutrición para manejar el estrés

Un estudio recientemente publicado por la Association for Psychological Science establece en sus conclusiones que el apetito de los participantes se ve afectado cuando aparecen condiciones de estrés y que esas fluctuaciones se pueden compensar de manera progresiva.

No hablamos de estética, sino de evitar perjuicios adcionales derivados de una mala alimentación en períodos de estrés en los que somos mucho más vulnerables a reaccionar ante nuestro estrés o ansiedad a través de nuestros hábitos alimentarios. El autoconocimiento y la comprensión de cómo respondemos al estrés puede ayudar a la toma de decisiones para mejorar nuestro bienestar en los momentos difíciles.

A continuación mostramos una lista de sugerencias recomendadas para tomar mejores decisiones de nutrición durante situaciones de estrés relacionadas con el hogar, el trabajo o la vida diaria.

QUÉ DEBEMOS HACER:

• Conoce tus hábitos. Al mantener un diario de la ingesta de alimentos, se pueden empezar a descubrir patrones y malos hábitos. Un examen exhaustivo del estilo de alimentación puede revelar las circunstancias que influyen en los hábitos dietéticos.

• Contrae el compromiso y sigue adelante. Prioriza, ya que aunque es importante poner el trabajo y la familia en primer lugar, si nos descuidamos a nosotros mismos, no seremos capaces de dar lo mejor a quienes nos rodean. Debemos renovar la promesa diariamente para hacer elecciones de nutrición saludable.

• Vitamínate: Elige alimentos con alto contenido de vitamina B, como el aguacate o el atún, o alimentos con multivitaminas poderosas como los arándanos, para mantener el cuerpo en equilibrio.

• Comienza poco a poco: Cambiar los hábitos alimenticios de una manera radical puede añadir más tensión a una situación ya estresante. Establecer metas razonables es esencial, como comer un alimento nuevo cada semana, sustitución de una opción de desayuno saludable, o elección de fruta fresca en lugar de dulces para el postre. Una vez que asimilados los nuevos hábitos en el estilo de vida, será más fácil adaptarte a los cambios adicionales.

QUÉ NO DEBEMOS HACER:

• Evita los extremos. Las dietas de moda o limpiezas extremas pueden tener resultados a corto plazo pero consecuencias nefastas a medio y largo plazo. Todos los cambios en la dieta deben ser abordados con un sentido del equilibrio.

• ¡No seas demasiado duro contigo mismo! Autoexigirse demasiado puede engendrar más estrés. Intenta hacerlo lo mejor que puedas, pero si te equivocas y tomas una decisión de nutrición poco saludable…¡no es el fin del mundo!

• ¡No te “engañes” a ti mismo! Aunque está bien que te des rienda suelta, no caigas fácilmente de nuevo en hábitos que estás tratando de romper.