El 70% de los conductores se estresa a manos de un volante en el interior del vehículo, según un informe sobre el estado del estrés en la conducción.
La pérdida del autocontrol y las distintas situaciones comprometidas que se viven en la conducción son una mezcla que tiene como consecuencia un notable incremento de cortisol y adrenalina causantes de episodios de estrés.
La conducción exige ya de por sí estar en un estado de alerta constante, que no significa que sea negativo porque nos ayuda a estar ‘despiertos’ y reaccionar de forma rápida ante cualquier eventualidad. Pero no es menos cierto que existen situaciones que provocan reacciones adversas de nerviosismo o ansiedad.
Situaciones más estresantes al volante:
- Atascos: Al 58% de los conductores los atascos les genera una situación de frustración porque la variable tiempo está presente también en la ecuación. No avanzar provoca nerviosismo y estrés en estas personas, que en ocasiones se manifiesta con actitudes agresivas o impulsivas.
- Las rotondas: El desconocimiento en ocasiones de cómo se debe circular en el interior de una rotonda ha generado discusiones y momentos de tensión en más del 64% de los conductores contactados en este estudio. Una mala incorporación o una mala salida suelen ser motivo de mucha tensión y pérdida de control.
- Aparcamiento: Aquí el factor tiempo también ayuda. Intentar aparcar con prisa en una zona de difícil aparcamiento supone incrementar de forma notable la tensión y la desesperación. Les ocurre al 47% de los conductores. La alerta a la hora de aparcar también puede jugar malas pasadas puesto que el estrés se manifiesta si existe un vehículo esperando que finalicemos la maniobra.
- La prisa: Ir con prisa lleva al conductor a una conducción menos prudente, pidiendo el paso de forma constante y sintiendo molestia hacia todos los vehículos que comparten trayecto. Esto es algo que le ocurre al 80% de las personas al volante en algún momento. Y es que el tiempo se presenta como un factor adicional para la presencia del estrés.
- Finalmente los adelantamientos con una mala visibilidad o cuando detrás se tiene un vehículo que no respeta la seguridad supone un incremento innecesario del nivel de estrés, se pierde el control y se suele entablar un conflicto con el coche que entorpece la maniobra. Ocurre al 75% de los conductores en algún momento.
Nascia en este estudio también ofrece algunas recomendaciones para ahuyentar el estrés de la conducción. Hacer gala de la autoconfianza, evitar la cafeína y otros elementos externos, mantener la mente ocupada con música, trabajar el autocontrol y la respiración o parar si lo vemos necesario servirá en mayor medida para tratar de alejar el estrés en la conducción.