Aceptar las emociones: Un sano equilibrio

“Del revés” (Inside out), es la última película de Disney-Pixar. En ella seguimos a Riley, una niña de 11 años, y sus emociones a lo largo de un cambio importante en su vida.  Las 5 emociones que aparecen “dentro” de la cabeza de Riley son: alegría, tristeza, ira, miedo y asco. Gracias a una “consola de mandos” estas 5 emociones van indicando a la niña que sentir en cada uno de los momentos de su vida. En la vida de Riley la mayoría de sus recuerdos son alegres, y Alegría es la emoción que predomina dentro de ella, la que organiza y la que quiere tener escondida a tristeza (fobia a la tristeza).

Sin embargo Riley debería tener en cuenta a todas las emociones, ya que cada una de ellas sirve para una cosa y todas son válidas, no hay positivas ni negativas, todas son necesarias y útiles. La alegría, obviamente,  hace sentirse bien, la ira sirve para ayudar a poner límites cuando los demás los traspasan, el miedo para avisar de que se está en peligro, el asco para tener hábitos saludables e higiénicos y la tristeza para elaborar las perdidas. Esto es lo que la niña va aprendiendo a lo largo de la película, sobre todo a aceptar a tristeza.

Alegría intenta apartar a tristeza, sobre todo cuando en se produce el cambio en su vida, ya que tristeza empieza a convertir recuerdos que antes eran alegres en tristes, porque todo depende de cómo cada uno mire lo que le va ocurriendo. Esta es la tiranía de la Alegría, en la sociedad actual sólo se puede estar alegre, si alguien está triste lo normal es que se le diga: “venga, anda que ya pasó, no estés triste”. Sin embargo cómo la propia Tristeza dice en la película: “Llorar me ayuda a relajarme y no obsesionarme con el peso de los problemas de la vida”. Si no se gestiona la tristeza correctamente te puedes quedar atrapado en ella.

Otra cosa que nos enseña la película es que si se intenta hacer caso a Alegría y no sentir ninguna otra emocion,  lo que puede ocurrir es que se sufra un bloqueo emocional (Desconexión emocional), esto ocurre cuando ninguna de las emociones de Riley puede hacer que funcione la “consola de mandos”, se apaga y se queda en blanco. Cuando ella acepta la tristeza, la consola vuelve a funcionar y vuelve a ser capaz de sentir.

Por último, quiero hacer mención, a la variabilidad emocional que aparece al final de la película, cuando ya no hay recuerdos con emociones puras, sino que estas se mezclan en cada uno de ellos. Esto nos lleva a un sano equilibrio emocional, en el que nos permitimos sentir y aceptamos todas las emociones.

“Del revés” es una película magnífica, para niños y adultos, que nos proporciona muchísima información sobre las emociones y su funcionamiento.